sábado, 8 de octubre de 2016

Déjate la nariz quieta.

Imagen de pixabay.com
"Cierra la boca que no es tiempo de moscas."
"Tiene manía en la nariz"
"Acuestate boca abajo para que no ronques"

¿Cuántas veces hemos escuchado a un adulto decirle algo similar a algún niño? Hay ocasiones en que el motivo por el que consultan al pediatra es pedir remisión a psicología para que "le quiten la maña" de hurgarse la nariz, sonársela o permanecer con la boca abierta mientras mastican, otras veces durante un control de rutina cuando el pediatra al encontrar al examen físico signos de rinitis alérgica o hipertrofia de adenoideos pregunta por alguno de estos síntomas es que los padres caen en cuenta que no son "ganas de molestar" de la niña sino la manifestación de una o varias enfermedades que de no controlarse de forma adecuada pueden tener repercusiones tan serias como mayor frecuencia de  infecciones del tracto respiratorio (sinusitis, otitis, bronquitis, neumonía), alteraciones en la mordida, dificultad para conciliar el sueño, mal desempeño escolar, deformidad de los maxilares, hiperactividad entre muchas otras.

Es por eso que si el niño presenta alguno de estos síntomas es necesario consultar a su pediatra:
- Moco transparente
- Estornudos
- Ojos rojos
- Rasquiña en la nariz
- Ojeras
- Una "arruga" en los parpados inferiores
- Ronquido
- Respiración por la boca
- Resfriados frecuentes
- Sangrado nasal

Ya que es probable que la niña tenga rinitis alérgica (RA) y/o hipertrofia de adenoides (HA), y necesite tratamiento controlador con uno o varios medicamentos además del cumplimiento de una serie de recomendaciones ambientales, para así evitar complicaciones como las que ya he mencionado y en el caso de la RA buscar si hay asociación con asma, conjuntivitis o dermatitis atópica que pueden encontrarse hasta en la mitad de los niños con este diagnostico e iniciar el manejo requerido.

Así que no más palmadas cada vez que se lleva la mano a la nariz, es mejor apartarle una cita con su pediatra.




viernes, 9 de septiembre de 2016

Recétele un suplemento, por favor.

Imagen tomada de pixabay.com

Esa frase la escucho con frecuencia en mi consulta. No importan edad, estatura, peso, sexo, estrato socio-económico del paciente ni el nivel educativo de los padres, me la dicen varias veces al día, todos los días.
Cuando estudié medicina aprendí que las vitaminas y los minerales son esenciales para el correcto funcionamiento del cuerpo ya que hacen parte de importantes procesos metabólicos, por lo cual debían consumirse de forma suficiente para evitar insuficiencias o deficiencias,  pero también aprendí que con una dieta adecuada no era necesario suplirlos en forma de jarabes, tabletas, suspensiones, ni batidos.
Hoy se que una dieta completa, equilibrada, suficiente y adecuada (CESA) no es tan fácil de suministrar en algunas etapas de la vida, y varias de esas etapas las veo en mi consulta. Es muy frecuente escuchar adultos quejarse que los niños, las niñas o los adolescentes de su familia no se comen todo lo que le sirven, si partimos de la base que en el plato de comida las porciones son acordes a su edad esto significa que probablemente no esté recibiendo las cantidades necesaria de macronutrientes: carbohidratos, grasas y proteinas, pero aún aquellos que se comen todo lo que le sirven en el plato pueden sufrir de déficit de uno o varios micronutrientes: vitaminas y minerales tales como zinc, calcio, hierro.
Es por esto que entidades como el ministerio de salud en Colombia o la organización mundial de la salud han emitido una serie de guías sobre en que edades y circunstancias deben formularse los micronutrientes, aún antes que la niña presente signos o síntomas de alguna deficiencia, porque cuando estos se presentan hace rato que el niño ha venido sufriendo sus consecuencias en una etapa de la vida en que debe invertir buena parte de sus energías en crecer y desarrollarse.
Nada reemplazará una alimentación CESA, y ésta empieza a enseñarse a los hijos cuando aún están en el vientre materno, ya que a según varié la alimentación de la madre así cambiará el sabor del liquido amniótico y su bebé aprenderá a reconocer y a degustar esos sabores, tras el nacimiento esta enseñanza continúa a través de la lactancia materna que también cambiará de sabor y le ayudará a ese lactante a adherirse al tipo de alimentación que la madre come (imagínense que estos dos mecanismos no existieran y aquí en suramerica nacieran niños con deseos de comer peces de los fiordos noruegos), sigue con una adecuada alimentación complementaria que vaya aumentando la consistencia hasta lograr que al año de edad el niño pueda usar la cuchara solo y sea capaz de masticar y tragar casi todo tipo de comida (los frutos secos y cualquier otro alimento que pueda desencadenar un atragantamiento no debe comerlos hasta los 5 años de edad), y se afianza con la distintos tipos de alimentos y sus preparaciones que le presenten a la mesa y que vea comer al resto de la familia. Entonces lo primero es conseguir que el niño coma de forma independiente, que disfrute la comida porque ningún suplemento por maravilloso que se presente podrá reemplazar la elemental y ancestral necesidad de comer.
Logrado esto el pediatra definirá en que momento formular los micronutrientes que el paciente necesite según la etapa que esté atravesando.
Por eso y más es tan importante asistir a los controles pediátricos desde el nacimiento hasta la adolescencia.

jueves, 4 de agosto de 2016

¡A construir autoestima!

Imagen de pixabay.com
A los 9 años  me enteré que tenía celulitis.
Una prima llegó a mi casa procedente de la ciudad donde estudiaba la carrera en un viaje que debía llevarla hasta su pueblo a pasar vacaciones, no venía sola: la acompañaba una amiga de la universidad.
Dos muchachas grandes.
Justo el tipo de compañía que una niña que se sentía incomprendida por sus contemporáneos quería. Me senté con ellas en una esquina a oírles todos sus cuentos, hasta que algo me preguntaron y me paré a contestarles, yo llevaba un "ciclista": unos pantalones de algodón licrado similares a los que usaban los verdaderos ciclistas, entonces escuché a la amiga de mi prima decirle:
- Mírala, ya tiene celulitis.
Hasta ése día cada vez que escuchaba la palabra "ya" antecediendo algo que yo tuviera o hiciera significaba una alabanza:
Ya lee libros completos. Ya saca raíces cuadradas. Ya redacta párrafos enteros. Ya se sabe la historia de la conquista de América. Ya tiene 140 cms de estatura.
Así que ingenuamente saqué pecho, porque no sabía que era eso que ya yo tenía pero seguramente debía ser algo bueno.
Mi prima no dijo nada, la amiga siguió:
- Tan pequeñita y con esa celulitis, si ni siquiera es gorda.
Ahí empezó a torcer la puerca el rabo y yo a entender que no me estaban halagando. Mi cara debió dejarle claro que no sabía por donde iba la cosa porque se paró y con sus manos apretó mis muslos.
- ¿Si ves?
Y seguramente un montón de huequitos debieron aparecer pero la verdad fue que yo no vi nada malo, de todos modos dije que si porque no quería seguir hablando del tema, a mi pesar primero debí escuchar varias recomendaciones sobre cremas, dietas y ejercicios antes que por fin pasaran a otro tema que nada tuviera que ver conmigo.

Quienes me conocen saben que yo mido el éxito del ejercicio que hago en si hace desaparecer o no la celulitis, nada hay en mi cuerpo que yo vigile más ni que logre atormentarme como ella, a mis 32 años la tenía "casi" desterrada y yo me sentía tan plena como si lo que hubiera "casi" desterrado hubieran sido todas las enfermedades inmunoprevenibles del mundo, era incluso de las que padecía cuando alguien mostraba sus muslos o brazos ahuecados sin vergüenza alguna. A mis 36 y luego que mi cuerpo no sólo gestó sino que sigue lactando a mi hijo lo miro con otros ojos, lo miro sin evaluarlo o por lo menos sin hacerlo drasticamente, pero fíjense ustedes como esos pocos minutos marcaron tan profundamente y por tanto tiempo mi vida.

Y así vamos los adultos repartiendo inseguridad en los niños que nos rodean, cuando no es por la celulitis es por el pelo, la nariz, la boca, el color de piel, siempre imponiéndoles unos estándares absurdos en los que en la vida real no encaja nadie, ni siquiera las estrellas de la música como muy bien nos lo han demostrado la valiente Alicia Keys y sus estrías.
Procuremos siempre que la manera en que le hablemos a los niños tenga poco que ver con las formas de sus cuerpos y más con la amplitud de sus mentes y la bondad de sus corazones para que no crezcan oprimidos por la baja autoestima, todos sabemos que esa es la puerta que abre muchos infiernos
.

miércoles, 13 de julio de 2016

Y al adolescente ¿quién lo atiende?

Archivo particular.
- ¿Hasta qué edad le mandamos pacientes doctora?
Esa pregunta me la hicieron hace unos días en una entidad con la que firmé convenio de atención, y es que según la escuela o las costumbres puede encontrarse uno con que los adolescentes no son atendidos por los pediatras (hay quien atiende hasta los 12 o los 15) ni por el internista (quien empieza a atenderlos a partir de los 18 años).
Lo cierto es que donde yo me formé atendíamos pacientes desde el nacimiento hasta los 17 años 11 meses 29 días, con algunas excepciones: adolescentes con enfermedades crónicas que al cumplir la mayoría de edad se negaban a cambiar de médico.
Al ser la pediatría una especialidad que abarca un rango de edades tan amplios puede uno encontrar especialistas que prefieren a los más peques  y otros que se quedan con los más grandes, pero bueno también hay muchos y me incluyo que atendemos sin ningún reparo cualquier paciente sin importar si acaba de nacer o ya casi va a sacar la cédula.
El acto médico implica muchas cosas y la más importante es la confianza entre la médica y su paciente, bueno en la pediatría no basta con ganar una confianza hay que ganar al menos dos: la del paciente y su familiar, lo cual puede ser más o menos difícil en los más pequeños pero tras cruzar la pubertad suele suceder que lo que sea confiable para los padres despierte desconfianza en los hijos, entonces toca hacer maravillas muchas veces.
Archivo particular.
Por otro lado pasa que al ir creciendo la niña o el niño las consultas pediátricas se van espaciando hasta quedar muchas veces sólo para manejar enfermedades, de tal forma que al inicio de la adolescencia en medio de un sinnúmero de cambios físicos y psíquicos mientras se navega entre dos mares: infantil y adulto, surgen cientos de preguntas, aparecen patologías propias de la edad y otros eventos que sin ser patológicos causan estrés tanto en el muchacho como en la familia. En ese momento se requiere contar con un pediatra de confianza que esté dispuesto a escuchar y a aclarar, y que tenga el conocimiento de la fisiología del adolescente y de las patologías que con más frecuencia lo aquejan.
Siempre le digo a los papás de mis pacientes que la adolescencia empieza a cultivarse desde el embarazo haciendo referencia a la comunicación sobre todo, pero esto aplica también para la pediatra, de tal manera que cuando más lo necesite la muchacha o el muchacho encuentren en su médico un faro.

P.D: las imágenes son una muestra de los lindos dibujos que me han obsequiado  mis pacientes adolescentes!

viernes, 17 de junio de 2016

La primera vacuna es en la barriga de mamá.

Imagen de pixabay.com
La tos ferina (TS) es una enfermedad inmunoprevenible, quiere decir que puede evitarse con el uso de vacunas, pero tras varios años de haber recibido el esquema de vacunación la protección va disminuyendo por lo que los adultos pueden contagiarse, en ellos la TS se comporta de forma menos severa que en la infancia, llegando a confundirse incluso con un "resfriado malcuidado" por lo cual casi nunca se diagnostica, es más es común encontrar personas (médicos incluidos) que piensan que es una enfermedad exclusiva de la infancia cosa que impide que sea diagnosticadas y tratada.

Ustedes se preguntaran: bueno y si no es severa en los adultos, ¿cual es el problema? que ellos pueden infectar a los niños pequeños ya que estos no han recibido aún las dosis necesarias de la vacuna para prevenir la enfermedad. Y a más pequeños sean cuando se contagian más riesgo de complicarse tienen con cosas como: neumonías, convulsiones, encefalopatías, otitis, hematomas cerebrales, estas complicaciones pueden incluso llevarlos a la muerte. Entonces si un tío o una amiga de la familia que tenga la enfermedad y la haya confundido con una alergia o una gripa va a visitar a la bebé es muy probable que la contagie.

Al revisar estadísticas vemos que al 04 de junio de 2016 en Colombia fueron reportados al instituto nacional de salud (INS) 2766 casos de tos ferina de los cuales el 94.7% fueron en menores de 4 años y el 83% en menores de 1 año, lastimosamente el INS no diferencia entre menores y mayores de 6 meses, pero si informa que han sido confirmadas 4 muertes  por dicha enfermedad todas en niños de máximo 2 meses de edad, toda una tragedia.
La vacuna encargada de prevenir la TS es la DPT y viene junto a otras dos en una sola ampolla llamada pentavalente que el gobierno nacional aplica a las niñas y los niños a partir de los 2 meses de vida. Pero la vacunación alcanza su mayor eficacia al cabo de tres dosis (6 meses).

Entonces: ¿de qué forma se puede proteger al bebé de esta enfermedad potencialmente mortal en esa etapa tan temprana?

Es por eso el titulo de esta publicación: la primera vacuna la recibirá a través de su mamá a las 26 semanas de embarazo.
Todas las mujeres embarazadas con 26 semanas de gestación deben ser remitidas a un puesto de vacunación para que de forma COMPLETAMENTE GRATUITA reciban una dosis de la vacuna llamada DPT acelular, y así pueda pasarle a su bebé los anticuerpos necesarios para prevenir la enfermedad mientras empieza a protegerlo su esquema de vacunación.

Si usted está embarazada o conoce a alguien que lo está por favor dele esta información, para que entre todos podamos prevenir una enfermedad tan compleja.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Mea culpa.

Archivo particular.
Hoy voy a escribir sobre algo que compartimos todas las mamás: la culpa, claramente en algún momento un papá también sentirá culpa por algo que hizo o dejo de hacer pero ciertamente la culpa está más ligada al genero femenino, empezando porque nos han criado para sentirnos culpables, no olvidemos: "por una mujer entró el pecado al mundo" y muchas otras frases como ésas, así que vamos en todos los ámbitos de nuestra vida sintiendo culpa en mayor o menor grado, pero en ninguno más que en la maternidad.

Voy a empezar contando algo que me pasó ayer.
Al llegar del trabajo encontré a mi hijo de 1 año y 10 meses viendo televisión, a pesar que tiene suficientes juguetes y libros entiendo que de vez en cuando puede ver un par de capítulos de Peppa o uno de Go Diego go, pero la verdad prefiero que no lo haga, así que le apagué el televisor y me dispuse a jugar con el, corrimos por toda la casa con un balón, en un momento se fue con el papá lo suficientemente lejos de mi para patear buscando hacerme un gol, que en efecto me hizo así que para recoger la pelota me doble por la cintura y no me di cuenta que arrancó a correr hacía mi, cuando levanté la cabeza fue muy tarde: con ella golpeé la suya. Vinieron el llanto de el y la culpa mía.
Le puse hielo, le canté canciones, tomó teta y a los pocos minutos ya estaba tirado en su cama "leyendo" un libro. Yo en cambio pensaba: "si lo hubiera dejado viendo televisión no se habría golpeado", pero sabiendo que si lo hubiera dejado viendo televisión habría pensado: "toda la tarde por fuera y cuando regresas no juegas con tu hijo".

En el consultorio todos los días veo por lo menos una expresión de culpa, porque dieron una dosis mal, porque el bebé tiene deposiciones explosivas tras tomas de leche materna muy cortas, porque lo mandaron al colegio y ahora hace muchas gripas o porque no lo han mandado porque temen que haga muchas gripas, y siempre que las identifico trabajo para quitarle a esa mamá semejante carga pero como ven ni las pediatras estamos exentas de ella.

Yo debo agradecer que mi esposo es un tipo maravilloso que me ayuda a ver las cosas en perspectiva y de esa manera puedo manejar mejor el tema, pero hay mamás que no tienen esa ventaja, incluso hay a quienes sus esposos u otros familiares les cumplen la función de cajas de resonancia de la culpa, empeorando aún más la situación.
Lo cierto es que ella seguramente estará siempre ahí, pero debemos empezar a domesticarla, a sacarle provecho: cuando esté haciendo desastres en nuestra cabeza analicemos primero si efectivamente hicimos algo mal, si así fue corrijamos lo que haya que corregir y luego espantemosla, porque vivir con culpa es vivir a medias y la maternidad demanda mucha vida y mucha energía como para desperdiciarlas arrastrando un fardo tan pesado.

martes, 10 de mayo de 2016

¿Radiografías de caderas para todos?

Imagen de pixabay.com. 
La displasia de cadera es una de las anomalías congénitas más frecuentes, se presenta en aproximadamente 1 de cada 1000 nacidos vivos, siendo mucho más común en niñas, primogénitos y quienes estaban de nalgas en la barriga de la mamá (presentación podalica), el 80% de los casos es unilateral, de estos la mayoría son del lado izquierdo.

Antes de ser dado de alta junto con su madre el bebe será valorado de pies a cabeza y entre las cosas que deben examinarse con mayor cuidado son las caderas, practicandole dos maniobras llamadas Barlow y Ortolani, si el pediatra encuentra algún signo de displasia se debe solicitar ecografía de caderas (que se tomará después de la  3a semana de vida) y se dará orden de valoración por ortopedista infantil con el resultado, si las caderas se encuentran normales pero hay factores de riesgo importantes: antecedentes familiares,  o se trata de una niña que venia en presentación podalica se ordenará la ecografía a la 6a semana y con el resultado el pediatra definirá si requiere o no valoración por ortopedista infantil.

Se ha demostrado que en muchos casos las caderas nacen sin signos de displasia y con el tiempo los desarrollan por lo cual a ésta condición se le ha denominado: displasia de la cadera en desarrollo, y por eso mismo en cada control pediátrico volverá a valorarse la cadera, buscando signos que ayuden a diagnosticar la condición si la hubiera, las maniobras que realice el pediatra iran cambiando conforme el paciente crezca. Si se encuentra alguna anormalidad se emitirá orden de ecografía o de Rx de caderas (esto dependerá de la edad del paciente y la disponibilidad de los estudios en la zona en que viva), si hay confirmación de displasia, así sea leve, la paciente debe ser remitida a ortopedia infantil. El manejo depende no sólo de la severidad sino de la edad en que se haga el diagnostico, evitándose cirugías cuando éste se hace de forma temprana especialmente antes de los 6 meses.

¿Bueno y eso significa que hay que tomarle radiografías a todos y a que edad?

Los autores no se ponen de acuerdo al respecto, hay muchas guías que recomiendan toma de radiografía a todos los niños a los 3 meses, otros dicen que antes de los 4 meses para las niñas y 6 meses para los niños el estudio de elección es la ecografía, hay quienes afirman que no es necesario hacer estudios de imagen a todos los niños, sino en aquellos lugares donde esta condición tenga alta prevalencia. Por ejemplo en Colombia hay dos comportamientos distintos siendo mucho más frecuente en la región andina que en las costas, por lo que al interior del país toman radiografía a todos los niños.

Yo particularmente me inclino por tomar una ecografía de caderas antes del 4o mes a todos mis pacientes. Lo ideal es que al igual que muchos otros países en el nuestro tengamos una guía emanada por el ministerio de salud hecha sobre la epidemiología local para que se estandarice el procedimiento.



viernes, 15 de abril de 2016

¿Se irá a quedar chiquita?

Figura 1 (Tomada de las curvas de crecimiento de Colombia).

Uno de las principales causas de consulta en pediatría es el temor de los padres a que el hijo no crezca suficiente, y lo digo así porque la gran mayoría de las veces la niña se encuentra dentro de las medidas esperadas para su edad, ya que la altura de las personas puede tener en un rango amplio y así como hay personas altas hay personas bajitas sin que ninguno de los extremos sean patológicos, por ejemplo en la figura 1 se graficaron 2 niñas de 3 años una mide 91 cms y la otra 96, a pesar de haber una diferencia de 5 cms ambas están dentro de lo esperado para la edad.

En general cada vez que un niño consulta al pediatra debe ser medido: acostado en un infantómetro para los menores de 2 años y de pie en un tallímetro para los mayores. La medición que se obtenga debe ser graficada en una curva de crecimiento y si se encuentra entre -1 y +1 desviación estándar (DE) se considera que tiene una talla normal, si está entre -1 a -2 DE se cataloga como en riesgo de talla baja y si está por debajo de -2 DE se clasifica como talla baja.
Durante la consulta se debe conocer cuanto pesó y midió el paciente al nacer, si ha sufrido o no de enfermedad crónica y que tratamientos recibe, además con que frecuencia hay que cambiarle la talla de zapatos y la de ropa.

Imagen tomada de pixabay.com. 
Lo otro que hay que aclarar es que aún esté en riesgo de talla baja o en talla baja esto no quiere decir que haya algo malo en la niña, hay que medir a los padres para obtener algo llamado talla diana familiar con la cual se va a comparar la talla del paciente, si va creciendo en el carril que le dan los padres se consideran que es de tipo familiar y sencillamente se seguirá observando su estatura en el tiempo para saber si tienen una buena velocidad de crecimiento (VC), si  ésta no es la esperada para la edad se tomarán estudios complementarios para definir si hay una enfermedad que cause el compromiso en la talla.

Si el niño crece por debajo del carril que le dan los padres según tenga riesgo o talla baja será necesario solicitarle estudios en esa misma consulta. Estos exámenes se hacen para buscar principalmente causas no hormonales de la talla baja, ya que la gran mayoría de las niñas con talla baja patológica no tienen un compromiso en sus glándulas endocrinas sino a nivel de otros sistemas: renal, gastrointestinal, respiratorio entre otros.

Cuando se ha establecido que hay talla baja patológica, con una mala velocidad de crecimiento y se han descartado causas extrahormonales es necesario remitir al endocrinólogo quien es el llamado a definir si el niño se beneficia o no de recibir hormona del crecimiento.

Obviamente lo ideal es poder detectar a tiempo a los niños que no están creciendo según se espera para la edad y esto sólo puede hacerse si asiste de forma periódica al control pediátrico y se le lleva una curva de crecimiento

miércoles, 2 de marzo de 2016

¿Por qué siempre le mide la cabeza?

Imagen tomada de pixabay.com
Esta publicación hoy quiero dedicarla a un hermoso niño hondureño cuya tía me escribió para preguntarme sobre la importancia de medir la cabeza y sobretodo comparar esa medición con unas curvas que permitan de forma temprana detectar alguna anomalía. 

Como ya he mencionado antes los seres humanos nacemos muy inmaduros y uno de los sistemas que requerirá incluso años para lograr la maduración es el sistema nervioso central, una de las formas que se tienen para controlar el correcto desarrollo de éste es medir el perímetro cefálico en cada visita que se haga al médico o pediatra, el dato obtenido debe compararse en unas tablas de crecimiento y desarrollo para saber si la cabeza está dentro de lo esperado para la edad o si es muy grande o muy pequeña.

Debe contarse con una cinta métrica que no estire y tenga números visibles, con ella se rodea la cabeza entre la frente y el occipucio, fijando el cabo sobre las orejas para obtener el numero de centímetros, si no se cuenta con la herramienta adecuada pueden presentarse falsos positivos: cuando se cree que puede haber un compromiso en el desarrollo cerebral de la paciente causando alarma en la familia e incurriendo en estudios injustificados o peor aún un falso negativo y es considerar como "normal" a una paciente cuya cabeza puede estar presentando una micro o una macrocefalia con el compromiso neurológico que esto puede conllevar. Cada vez que se encuentre que un niño está por encima o por debajo de lo esperado deben medirse las cabezas de los padres y si es posible de los hermanos también.

Si la cabeza es más grande de lo esperado el pediatra pasará a verificar la talla del paciente y según esta puede pasar que el paciente tenga la cabeza más grande que los otros niños de su edad porque él también es más grande, si no es el caso deben tomarse neuroimagenes y remitir con neuropediatra o neurocirujano según lo que reporten dichas pruebas. Puede suceder que la causa sea macrocrania familiar y esto quiere decir que no hay ninguna alteración en el cerebro sino que la niña pertenece a una familia de "cabezones", pero como también puede deberse a hidrocefalia, lesiones que ocupen espacio dentro del cráneo, sangrados y otras patologías que comprometan seriamente el futuro neurológico debe estudiarse siempre.

Si la cabeza es más pequeña de lo esperado debe sospecharse una microcefalia que usualmente es debido a que el cerebro no está creciendo de la forma esperada, es por eso que siempre que se encuentra el perímetro cefálico por debajo de lo esperado para la edad deben tomarse neuroimagenes que ayuden a definir si hay trastorno con el cierre de las aberturas normales que tiene el cráneo cuando nacemos (se llaman suturas, su función es permitir que el cráneo crezca junto al cerebro) o un defecto en el cerebro del paciente.  A pesar de ser menos común también puede suceder que el paciente tenga la cabeza pequeña porque en su familia son de cabeza pequeña pero no haya compromiso cerebral.

Es por eso que desde el nacimiento y hasta los 5 años de edad siempre que una niña asista a consulta debe medirse el perímetro cefálico, si hay alguna alteración deben activarse de forma inmediata las alarmas y buscar las posibles causas, porque el pronostico neurológico dependerá de un diagnostico temprano que condicionará
un tratamiento y una rehabilitación oportunos.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Cáncer infantil.

Imagen tomada de pixabay.com
El 15 de febrero es el día internacional del niño con cáncer.
El cáncer no es una sola entidad, sino muchas que comparten características malignas que pueden causar la muerte en la persona que la padece, es mucho más frecuente en los adultos, quienes además tienen peor pronostico que los niños, es por eso que en pediatría vemos mejor respuesta al tratamiento y mayor sobrevida.
Aproximadamente 250.000 niños son diagnosticados con algún tipo de cáncer al rededor del mundo cada año y en ese mismo lapso mueren unos 90.000, la mayoría en países en vías de desarrollo.
A grandes rasgos el cáncer infantil se divide en tumores sólidos y enfermedades hematológicas, siendo estas últimas más del 40% de todos los casos.

En los países industrializados la sobrevida después del diagnostico de cáncer puede ser de hasta el 80% (dependiendo del tipo), pero en nuestro país las cifras son menos favorables. En medicina lo ideal es prevenir la aparición de las enfermedades, pero lastimosamente al respecto del cáncer infantil esto no puede llevarse a cabo ya que a pesar de años de investigación se desconocen las causas de la gran mayoría, entonces lo que nos queda es el diagnóstico temprano, que puede ser la diferencia entre morir o vivir una vida plena.

Es por eso que es tan importante la asistencia periódica al control con el pediatra y además conocer las señales de alarma:
- Fiebre sin causa aparente.
- Masas en cualquier parte del cuerpo.
- Ganglios aumentados de tamaño.
- Hematomas (moretones), sangrado.
- Pérdida de peso.
- Mancha blanca en el ojo cuando le da la luz.
- Rasquiña en el cuerpo sin lesiones que la expliquen.
- Dolor de cabeza con o sin vómitos que despierte al niño en las noches o que no ceda con analgésicos.
- Cansancio fácil, pérdida de interés por las cosas.
- Palidez o "mal color".
- Infecciones que no mejoran a pesar de recibir tratamiento adecuado.
- Sudoración intensa sin actividad física que la explique.
- Crecimiento de la barriga.
O cualquier otro que no esté acá descrito pero que la madre note como "raro" en el el hijo.

Es recomendable tomar por rutina hacer un masaje a los niños antes de dormir aplicándoles crema de esta manera se puede palpar todo su cuerpo y encontrar de forma temprana la aparición de alguna masa aún antes de que el niño se de cuenta que la tiene.

Que su hija tenga alguno de estas señales no es diagnostico de cáncer, sólo obliga a consultar y que el pediatra tras examinarla decida si hay que hacer o no algún estudio o remitir donde otro especialista.

En el mes en el que conmemoramos la valentía y la vida de las niñas y niños que diariamente luchan contra el cáncer aprovecho para que nos comprometamos no sólo con el diagnóstico temprano sino en acompañar a las familias que deben atravesar ese camino que es duro pero con el apoyo médico y para médico adecuado debe llegar a feliz termino.

lunes, 18 de enero de 2016

Cuidando los dientes.

Imagen tomada de pixabay.com
El cuidado activo de la salud oral empieza desde el nacimiento,  la primera forma de prevenir problemas como caries dental, alteraciones de la mordida o de la mandíbula es la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y tras el inicio de la alimentación complementaria mantenerla hasta los 2 años. Pero si esto no se cumple hay que tener claro que la leche de formula debe brindarse en vasos o en jeringa, sin adicionarle azúcar, en todo caso si se usa biberón en este no debe darse ningún alimento distinto a la leche y debe descontinuarse su uso desde los 12 meses reemplazado por un vaso, para los bebés que usan chupo este nunca debe "bañarse" en líquidos azucarados.
Antes de la aparición del primer diente (6-8o mes) hay que hacer aseo bucal una vez al día en el momento del baño con una gasa o un dedal de silicona húmedos en agua previamente hervida, esto ayuda a para acostumbrar a la bebé para que no rechace el cepillo posteriormente.
Desde que tenga el primer diente es necesario el uso de crema dental qsin flúor ya que hasta que no cumpla 2 años no sabrá escupir por lo que va a tragarse el dentífrico con el riesgo de hacer fluorosis dental: una enfermedad que daña el esmalte de los dientes. El cepillado debe hacerse 2 veces al día y puede usarse el dedal de silicona o con un cepillo de dientes. A partir de este momento deben suspenderse las tomas de biberón nocturnas y si se dan hay que asear la boca antes de acostar al bebé, de igual manera NUNCA hay que dejar que se duerma tomándolo, ya que ambos hábitos aumentan el riesgo de producir caries dental además de otras patologías.
A los 18 meses o tras la erupción de los primeros molares (lo que suceda primero) hay que usar cepillo dental con mango recto y largo, empuñadura gruesa, cerdas suaves con puntas redondeadas y un tamaño acorde con la boca del niño.
Desde los 2 años pueden usarse cremas dentales con flúor, pero en bajas concentraciones, estas suelen llamarse "kids" y especifican que pueden ser utilizadas por menores de 7 años, el cepillado dental ahora es después de cada comida y antes de acostarse, incluso si se comen alimentos cariogénicos: dulces o harinas debe volver a cepillarse. El uso de la seda dental dependerá de si ya hay contacto entre los dientes, porque en esos espacios tan pequeños las cerdas del cepillo no alcanzan a entrar.
Con respecto a la cantidad de crema dental no nos dejemos llevar por las imágenes de los comerciales, la cantidad necesaria es la del tamaño de una lenteja.
Los dientes cumplen un "cronograma" de erupción que inicia aproximadamente al 7o mes, pero puede pasar que la niña cumpla el primer año y no tenga ni una sola pieza dentaria, esto no reviste gravedad siempre y cuando no se asocie a otros síntomas, al cumplir los 3 años debe tener los 20 dientes temporales.
Es importante que los padres realicen su propia rutina de aseo dental completa delante de los niños para que se familiaricen, hay una canción que muchos sabemos porque nos la enseñaron en la primaria durante las campañas de un dentífrico muy popular, esa puede usarse para hacer de este ritual algo lúdico:
"Los dientes de arriba se cepillan hacía abajo, y los de abajo se cepillan hacía arriba, y las muelitas de forma circular."
Para cumplir con una técnica adecuada el cepillado ha de estar a cargo de un adulto en los menores de 8 años.
La priemra visita al odontólogo o a la odontopediatra se hace antes del primer año y son ellos quienes definirán la periodicidad de las próximas citas.

Estas son recomendaciones generales, que pueden variar según cada paciente. No está demás recordar que la salud dental tiene incidencia en TODAS las actividades del cuerpo.

sábado, 9 de enero de 2016

Sabanas mojadas, corazones acongojados.

Imagen de pixabay.com
¿Hasta qué edad se considera normal que un niño se orine encima?
La respuesta científica suele sorprender a los padres, porque en estos tiempos de escolarización tan temprana con muchos colegios exigiendo absoluto control de esfínteres para recibir a los niños mayores de 2 años la verdad se ha distorsionado.
Orinarse encima se conoce como enuresis y la definición dice que es:
"La emisión repetida de orina en la cama o en los vestidos, con una frecuencia de dos episodios semanales, durante por lo menos 3 meses consecutivos, en niños de al menos 5 años de edad."
Entonces ¿por qué la carrera para que dejen los pañales cuando aún no han alcanzado la madurez neurológica necesaria? la respuesta dicha de muchas formas en el fondo es la misma: por la conveniencia de los adultos, para no gastar tanto en pañales desechables, facilitar el trabajo de los cuidadores en casa o los maestros en la escuela.
Bueno doctora ¿y si tiene 6 o más años?
El límite de los cinco años se ha establecido porque la gran mayoría de los niños a esa edad ya ha aprendido a controlar el esfinter vesical, pero no quiere decir que todos lo consigan o que lo hagan completamente, es más fácil hacerlo en el día ya que durante el sueño puede que el niño no se percate de los mensajes que la vejiga le está mandando o que tenga una producción de orina que sobrepase la capacidad de de ésta, por lo que hasta el 13% de los niños menores de 6 años y  el 8% de los menores de 10 presentan enuresis, siendo más frecuente en varones.
¿Cuándo se debe consultar el pediatra?
Tanto los niños mayores de 5 que nunca han controlado el esfinter vesical  como los menores que lograron controlarlo por más de 6 meses y vuelven a orinarse encima deben ser valorados  no con el fin de dar una cura milagrosa  sino para descartar que la causa de la enuresis sea orgánica es decir cuando hay compromiso de alguno de los órganos que intervienen en la producción de orina o en la micción, el pediatra hace un completo examen físico y según los hallazgos define si es necesario solicitar estudios diagnósticos,  si se encuentra alguna causa orgánica ésta debe tratarse, de no haberla se establece que es una enuresis no orgánica para lo cual hay distintos tipos de manejo pero cada día se fortalece más la corriente que dice que no deben usarse medicamentos sino implementar estrategias tales como disminuir la ingesta de líquidos una hora antes de dormir, orinar antes de acostarse entre otras, quedan completamente proscritos los golpes, las recriminaciones en público y las burlas no sólo porque no sirven sino porque empeoran el cuadro. Es importante indagar causas psicosociales como conflictos familiares, cambio de domicilio o de colegio, nacimiento de un hermano, pérdida de un ser querido que deben intervenirse junto a la familia y buscar soporte psicológico si es necesario.
Como pediatra una de las cosas que siempre le digo a los papás es que hay un componente hereditario importante así que probablemente uno de ellos o ambos tuvieron la misma condición que su hijo, así que les pido recordar lo que sentían  y cómo les hubiera gustado ser tratados.
Estos son tiempos de competencia, y en este tema como en muchos otros parece que hay mucho afán por llegar primero a una meta imaginaria, lo importante no es llegar primeros sino seguros, ante los comentarios de terceros por favor cierren los oídos y no fuercen a sus crías a cumplir con unos estándares inventados.