miércoles, 1 de julio de 2015

¡El niño no me quiere comer!

Imagen de pixabay.com
Es común escuchar a mamás decir esto durante la consulta,  yo suelo responder:
- Mamá no se la puede comer porque usted está viva y cruda.
Algunas se ríen, otras me miran muy serias, pero esto no lo digo para faltarles el respeto sino para dejar en claro que el hecho que la niña no se coma todo lo que está servido en el plato no quiere decir que rechace a su madre, que el niño deje parte de la comida no significa que la mamá ha fracasado en su papel.

Durante el primer año de vida el bebé aumenta cerca de 25 cms de longitud y triplica su peso ganando unos 6 kilos, nunca más crecerá ni engordará tanto proporcionalmente, en el segundo año gana en promedio 10 cms de altura y 2 kilos de peso, así que el combustible necesario para esta labor es menor, esa es una de las principales razones por las cuales empiezan a comer menos, por otro lado ya pueden caminar y la mayoría lo hace de forma independiente por lo que explorar siempre les parecerá más divertido.

Pero tanto a los que tienen un año como para los que tienen más hay que enseñarles a comer en la mesa, una alimentación completa, equilibrada, suficiente y adecuada, dándole porciones acordes a su edad, por ejemplo las carnes deben ser del tamaño de la palma de la mano del niño, si le sirven una porción igual a la que se come el padre lo mas probable es que no pueda comerla completa, y eso no significa que no este comiendo lo que necesita.

Toda la familia se acongoja cuando la niña "no come" así que los adultos ponen en marcha varias estrategias:
- Darle grandes cantidades de jugos preparados con leche o agua, esto hace que coman aún menos porque al azúcar de la fruta (que se libera al destruirse la fibra en la licuadora) agregan más azúcar para darle mejor sabor, el niño absorbe todo ese dulce que eleva los niveles de glucosa en la sangre, esa información llega al cerebro que responde apagando la sensación de hambre. De esa manera con esos vasos de jugo, pony, chocolisto o cualquier bebida azucarada terminan haciendo que el niño no se coma la carne, las verduras, los fríjoles,  entonces para "compensar" dan más de estas bebidas y el problema se vuelve más complejo.

- Impedir que se pare de la mesa hasta que coma, convierten al niño en un preso de su plato.

- Abrirle la boca a la fuerza para introducir la cuchara llena de comida.

- Dejar la correa encima de la mesa, entre otras.

Comer es algo que los humanos debemos hacer mínimo 3 veces al día por toda la vida, así que debe ser una actividad placentera,  no puede ser que cuando la niña vea el plato en la mesa o recuerde que se acerca la hora de comer empiece a sufrir y a llenarse de ansiedad.

En estas circunstancias es importante el control de crecimiento y desarrollo, si mide, pesa y tiene la cabeza del tamaño que debe ser para la edad y sexo quiere decir que lo que está comiendo es suficiente,  el pediatra dará por escrito estrategias que ayuden a que coma lo que necesita y sobretodo a que amplíe la variedad de alimentos, si lo considera necesario recetará algún medicamento, pero lo cierto es que ésta es una carrera de resistencia no de velocidad, no existen fórmulas mágicas, lo que vale es ser constante y entender que en cuanto a la alimentación: "los papas proponen y el niño dispone", quiere decir los padres deciden que va a comer, el niño cuánto va a comer y respetar esa autonomía
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