miércoles, 24 de junio de 2015

"No es un inocente mugre"

Imagen de saludfamiliar.com
Cada día hay más obesidad infantil en nuestro país, según la última encuesta nacional de situación nutricional hecha en 2010 casi el 20% de los nuestros niños tienen obesidad o sobrepeso.
La obesidad por si sola es una enfermedad pero además condiciona la aparición de otras enfermedades como: diabetes tipo 2 (azúcar alta), hipertensión (tensión alta), dislipidemia (colesterol o triglicéridos altos).
Cada vez que en mi consulta tengo un paciente obeso o con sobrepeso (esto lo se no sólo mirándolo sino sacando el indice de masa corporal con el peso y la talla) le pido a la madre que mire conmigo el cuello, las axilas, el abdomen de la paciente, con frecuencia encuentro unas manchas oscuras como las de la foto y le pregunto a la mamá:
- ¿Qué es esto?
Muchas responden: mugre, y hacen comentarios sobre todo lo que han hecho para que desaparezca o que es un claro indicio de la falta de aseo de su hija.
Pero no, esa mancha se llama acantosis nigricans y casi siempre significa que el niño es resistente a la insulina.

A la ¿QUÉ?
La insulina es una hormona que liberamos cuando comemos, se encarga de hacer que el azúcar de los alimentos entre a la célula, así tenemos energía para vivir, pero también se encarga del almacenamiento y producción de grasa.
Cuanto más obeso es un niño o más grasa acumule en la cintura más riesgo tiene de volverse resistente a la insulina, es decir que aunque tenga buenos niveles de esa hormona ella no es capaz de hacer que el azúcar entre a las células, entonces el cuerpo empieza a producir más insulina, generando mayor almacenamiento y producción de grasa, así empieza un circulo vicioso cuya manifestación en la piel es la acantosis nigricans.

¿Qué podemos hacer?
Primero el pediatra indicará ejercicio aeróbico de forma controlada y según sea la resistencia del paciente, además prescribirá un plan alimenticio en el que se restrinjan alimentos ricos en azucares y harinas refinadas, para esto trabajará en conjunto con la nutricionista quien le explicará a los papás las estrategias para cumplir ese plan. Ambas cosas ayudan a que se mejore la sensibilidad a la hormona. En segundo lugar solicitará los exámenes que se requieran para saber si hay o no enfermedades como diabetes, dislipidemia, hígado graso entre otras.
Pero lo más importante no es que la pediatra mande un montón de exámenes o el nutricionista escriba muchas cosas en un papel, lo más importante es que toda la familia inicie un cambio en el estilo de vida que lleve a la niña a tener un mejor metabolismo que la ayude a evitar  enfermedades que pueden poner en peligro su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario