viernes, 25 de septiembre de 2015

Ni con el pétalo de una rosa.

Imagen d epixabay.com
- Doctora, ¿puede mandar a David* a la psicóloga?
- ¿Por qué Marta*?
- Porque es muy violento: le pega a otros niños, a la hermanita a todos.
- Dime una cosa: ¿tú le pegas?
- Si, yo lo CORRIJO cuando es necesario.
- ¿Y eso lo haces pegándole?
- Si señora.
- ¿Quien más le pega?
- Mi hermana y su esposo
En ese momento Marta interrumpe la conversación conmigo para dirigirse a David quien está tomando unos juguetes de una caja:
- David deja eso porque sino la doctora te pega.
Miro a David que sólo tiene 3 años y le digo:
- Yo no te voy a pegar y nadie debería hacerlo.
Me dirijo nuevamente a Marta:
- ¿Por qué le haces eso y por qué permites que otros lo hagan?
Ella empieza a llorar de manera queda, David va a consolarla.

Esa escena sucedió hoy en mi consulta, y la traigo acá para decir lo que todos sabemos pero muchos niegan: no se puede criar con violencia, ¿cómo puede un adulto decirle a un niño que está mal pegarle a su hermana menor porque es más pequeña mientras el que pesa casi 5 veces más que el niño le está pegando?. Todo aquel que en la niñez fue golpeado por sus padres o por otros cuidadores es capaz de recordar que sentía desolación, rabia, odio e impotencia, y después culpa, la terrible culpa de haber odiado a quien se supone debe amar y honrar.

Cuando se violenta a un niño de forma constante se pueden conseguir dos cosas:  que sea  sumiso, cosa que muchos podrían calificar como algo bueno o que sea violento y responda con la misma fuerza con la que se le ataca, lo cual a todas luces está mal. Bueno, ambas cosas son indeseables, un sumiso no será capaz de enfrentarse a otras personas para hacer respetar sus derechos: sea la pareja, el jefe o sus pares, las consecuencias para alguien violento son bastante obvias. Por otro lado cuando la casa no es nido, cuando quienes deben amarles y respetarles más que nadie en el mundo no lo hacen las niñas y los niños son victimas fáciles de las pandillas, la trata de persona, las relaciones dependientes.  Diversos estudios científicos han demostrado que hay perjuicios físicos visibles y medibles en las personas que fueron maltratadas durante la infancia, estos van desde daños en estructuras del ADN que se asocia a enfermedades crónicas hasta compromiso cerebral sea en el area prefrontal (que es la que nos diferencia del resto de los animales) o el hipocampo (organo relacionado con la memoria a largo plazo).

Entonces por favor nunca más levante la mano, chancleta, correa o cualquier otro objeto contra su cría, porque la cicatriz que dejará no va a ser borrada nunca. Es cierto que hay días malos y que puede ser que no esté de humor para sobrellevar los avatares de la crianza, pero eso no es culpa de la niña, llame a otro adulto para que se encargue y usted aléjese el tiempo necesario hasta entrar en control de sus emociones.

Me despido dejando la definición de tranquilidad hecha por una niña de 10 años:
"por ejemplo que el papá le diga que le va a pegar y que después le diga que ya no".

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